8/7/14

CONCIENCIA Y ALERTA


CONCIENCIA ES CON CONOCIMIENTO

La conciencia humana es nuestro estar, nuestro hacer, nuestro operar, nuestro ser en el medio ambiente (externo e interno). La conciencia humana requiere del suprasistema neuronal completo - del que se tenga - para ser (es el estado On de todo o parte del suprasistema). Requiere, además, de unos estímulos y estos - como entidades físicas aferentables -pueden tener unas características variables derivadas de su propia esencia y existencia. Así, los estímulos físicos que nos aferentan el color, el sonido, el olor, etc...tendrán longitudes de onda distintas que ya forman parte de la conciencia en si - ellas mismas -.

Cierto es que además de las características físicas de los estímulos hemos de contar con la calidad y cantidad de la alerta de nuestro suprasistema nervioso en su recepción. Así, un bajo nivel de alerta comparado con un nivel de hiper-alerta podría hacernos pensar que existen distintos grados de conciencia, lo cual no parece cierto. Conciencia solo hay una - sin graduaciones - . La subconciencia y la preconciencia pertenecen al particular entendimiento freudiano del cerebro. Lo que si existen son grados en el nivel de alerta: así dependiendo de estos grados podremos tener desde una elevada conciencia racional a la conciencia refleja más básica proporcionada por un sonido o un olor, cercano o lejano, o incluso por los propios latidos de nuestro corazón.



Aulo Pila








TIEMPO



TEMPUS EST NUMERUS MOTUS SECUNDUM PRIUS ET POSTERIUS
                                                                         Aristóteles

El tiempo es la medida del movimiento según la anterioridad y la posterioridad.

                                                            
El tiempo puede ser pasado. El tiempo puede ser futuro. El tiempo es gerundio -está pasando-. El tempus puede parecer fugit, o no. El tiempo necesita de una observación muy amplia y multifocal  - pero no macro-extensa - pues entonces le perdemos.

El tiempo es físico, siempre físico. Pero a algunas  percepciones que de él tenemos le intentamos dar ciertas dimensiones inmateriales que resultan ser ficticias por lo alejadas de nosotros , cuando siempre son físicas (materiales). Y ésto no puede tener otra lectura, aunque si interpretaciones. Pero el tiempo se matematiza para y por la física en unidades de medida de la cuarta dimensión.

El tiempo es impasible ante nuestras interpretaciones - es el que es -. Aunque a veces parece estático - que no pasa - como un liquido con grumos agolpado a la salida del embudo. Pero esa estática es ilusoria, subjetiva. Es una estática inadmisible e innecesaria. Tampoco es físicamente fugit. No puede serlo.
Necesitamos en la naturaleza un tiempo que sea independiente. Un tiempo insujetable a nuestros deseos, a nuestras creencias y a nuestras sensaciones. Un tiempo imperturbable que sea él. El que es.

La naturaleza tiene sus tiempos basales para todo tipo de existencias. Nosotros, los humanos, debemos modificar la física de nuestro tiempo existencial. Debemos luchar contra la casi determinación telomérica de nuestros cromosomas e intentar sacar a nuestras vidas de la dictadura nucleica


Aulo Pila








REIR Y REIRSE


LA RISA DE REIRSE

La risa y la sonrisa, de reírse , es para partirse con la primera cuando se leen algunos intentos de esclarecer este fenómeno que, dicho sea de paso, es muy de humanos aunque también de otros animales.

De entrada , habría que pedirle la definición de triángulo a quien tuviese tres aristas, la de bondad a quien fuese bueno y la de infinito a quien no se termine. Pero, esas descripciones son factibles por otras personas distintas a ellos ya que tales naturalezas son imaginables por observación.
Sin embargo, pedir que alguien aclare lo que significa la risa y la sonrisa - la de reírse - cuando ese alguien no tiene facultad para descubrir y expresar la comicidad - a quien no tiene buen humor - es pedirle un imposible. 

Reírse no es reír. Reír es un acto motor complejo, reflejo y automático (a saber si el estimulo para que se produzca es cómico o gracioso en su esencia); pero reírse requiere una fina racionalidad. Así, mientras uno se ríe también uno ríe - a veces-.

La risa - de reírse- siempre viene "a que". Uno no se ríe "de nada", aunque lo parezca. Así, cuando a los esquizofrénicos se les achaca una risa sin motivo, esa afirmación es hecha por quienes objetivan la esquizofrenia sin subjetivarla. Igual ocurre con las crisis gelásticas o con las risas que acompañan a supuestas alteraciones del suprasistema nervioso.



Aulo Pila
   









7/7/14

ELLOS Y NOSOTROS



Una matematización del gradiente

ELLOS Y NOSOTROS O EL GRADIENTE NECESARIO


Ellos son aquellos que no vemos como nosotros y, sin embargo, se autodenominan nosotros. Ellos y nosotros somos distintos, pero igualesIguales lo somos por pertenecer al mismo genero y distintos lo somos por la diversidad que observamos y observan.

Hay una necesidad de que existamos ,ellos y nosotros. Hay necesidad de sentirnos y ser diferentes. Hay necesidad de este tándem diferenciado para que exista un fluir del ser en lo biológico y en lo sociales que sin él, sin ese tándemlo biológico no tendría derivas que son necesarias y lo social, igualmente, seria una convivencia de autómatas indiferenciados sin una interrelación adecuada para la evolución neurobiológica que requerimos.

Ellos y nosotros, descontentos con nuestras limitaciones en el operar, en el ser y en lo teleológico, nos necesitamos mutuamente para que en el continuum del humanismo (humanidad, transhumanidad y posthumanidad) pueda haber un gradiente lo suficientemente adecuado para favorecer el camino de nuestra posible excelenciaser sabios e inmortales

De nada sirve que ellos y nosotros tengamos una existencia que no vaya aunando los esfuerzos de nuestras neurogenesis y neuroplastias máxima en un intento de luchar contra el casi determinismo que la naturaleza nos quiere imponer.




Aulo Pila



6/7/14

OJOS QUE NO VEN...



OJOS QUE NO VEN, CORAZÓN QUE NO SIENTE

En castellano, este dicho quiere significar que: cuando no ves algo - o no te enteras de su existencia -, no sufres por ello.


Para enterarse de lo sincrónico el animal que somos se vale de los sentidos que el suprasistema neural desarrolla como avanzadilla receptora de el mismo, y ellos , en su bioevolución, están preparados para conocer lo que precisamos. Así, no oímos, no vemos ni olemos a más distancia de la que lo hacemos porque no precisamos - en este momento de la evolución biológica - tener semejantes desarrollos. Pero, ¿Qué pasa cuando vemos y oímos (sentimos) - gracias a la tecnología (ejemplo internet, televisión, radio...) - unas señales que nuestro sistema nervioso no necesita y, por ello, no está preparado para su asimilación? Pues bien, ocurre que nuestro ‘corazón’ sufre.

Desde siempre, los humanos hemos podido huir y cambiar intencionadamente de nuestros mundos reales o bien hemos podido refugiarnos en unos universos virtuales e imaginarios - soñados en vigilia - dotados de una gran naturaleza aislante para la nocicepción y la angustia (y para otras emociones dolorosas). Y esta habilidad la hemos podido mantener hasta que nos la ha ido sustrayendo, poco a poco, la tecnología.     

Nuestra base para tal destreza radicaba en la grandeza del mundo en que habitábamos; en la inmensidad de sus distancias; en lo insalvable de sus fronteras naturales y sociales; en lo recóndito de los lugares de esta esfera de vida y en los mas escondidos o ilocalizables lugares de nuestro cerebro soñador que hacían posible nuestro traslado onírico a muy variadas geografías, sociedades, épocas y estatus. 

Es la tecnología la que reduce nuestro mundo, sus distancias, sus fronteras, sus íntimos lugares y lo empequeñece; y hace posible que a cualquier lugar llegue cualquier animal o cosa. Es la mass media junto a la tecnología de la comunicación en general quienes están haciendo pequeño este planeta: acortan los tiempos de viajes de las personas y las cosas y hacen instantáneas las noticias.

Nuestros sueños van desapareciendo (no los deseos que van en aumento), y nuestro dolor y su angustia afloran al aire, como una herida sin piel y sin apósito - bajo el riesgo de que cualquier germen la afecte -  expuesta a que incluso la brisa la irrite; y descubierta - en su fealdad - queda ante los ojos indiscretos e indolentes de los otros.

Necesitamos inmunizar nuestros sentidos ante estos ojos que si ven, precisar nuevos conocimientos para ellos y agrandar nuestro mundo para, por él, poder huir y soñar - sin perdernos los avances adecuados para nuestra actualización.


Aulo Pila





ERUDICIÓN



LA ERUDICIÓN COMO ROPA DEL SUPRASISTEMA NEURAL

Erudito es quien tiene unos vastos - y demostrables - conocimientos de una o varias disciplinas. La erudición requiere que el estudio haya sido profundo y extenso. Y es precisamente la extensión la que puede hacer por si una necia vestidura para el suprasistema neural. Una indumentaria que puede ocultar la belleza natural que pueda tener por herencia y cultivo.

Advertimos como, quienes tienen una figura cultivada - atlética - huyen de las ropas que les ocultan su bella y/o autogustada figura:  de como se percatan de que los distintos ropajes esconden su genuina naturaleza y les dan el aspecto de una moda imperante o de un disfraz; y que por ello buscan la ligereza en las prendas para que, al memos, asome parte de sus características antropomórficas; y que frecuentan los espacios donde prescindir de esos atavíos para dar rienda suelta a su constitución. 

De la misma manera, las redes nerviosas sistematizadas bien desarrolladas - con una neuroplastia ad hoc - persiguen en su cultivo el saber y para esto el mucho conocer actúa como adorno, como vestimenta que resta al natural desarrollo del suprasistema su aspecto mas sabio, prudente y excelso.


Cierto es que la desnudez completa del suprasistema neural, a diferencia del resto de nuestro organismo - de nuestro cuerpo -, le daría al mismo un escaso desarrollo adecuado, pero también lo es que una magna erudición equivale a un ropaje excesivo - a un vestir barroco, que oculta y lastra al saber - que no al conocimiento.



Aulo Pila






4/7/14

ALTER Y EGO


EGOS AUTO Y HETEROCONFORTANTES


Alter ego es otro yo - lo que no quiere decir que se limite a dos -. El ego es uno, pero el ego con distintos matices constituye el alter ego - que no ha de ser singular -. Pueden ser varios los yoes.

Patologizado el alter ego por los vigilantes de las conductas humanas se ha llegado a describir como anormal o excepcional el hecho de que coexistan dos, al menos, en un mismo humano.
Sin embargo, todo ser vivo animal humano - lo confiese o no - cuenta al menos con dos de esos egos del alter. Y es aún mas fructífero ,para el pensamiento y la acción, que haya más de dos (siempre que la corteza prefrontal - generalmente izquierda - no pierda el control sobre los mismos).

La disociación en el terreno conductual no es algo inhabitual; es al menos un dispositivo frecuente de protección ante lo disconfortante y no tiene el menor riesgo de enajenación , salvo que adquiriese unas dimensiones desmesuradas. Igual cabe decir de la yuxtaposición.

La vida corriente de cualquier individuo puede estar bien llevada - bien conducida -  y puede ser prudente con dos o mas ego. Y sin embargo, un solo ego puede ser suficientemente auto y heterodisconfortante como para estar en brazos del error.

Por ello, los homo ordinarios - los menos pudorosos y los más osados - hacen uso de su alter ego en la vida objetivable por los otros; mientras, los tímidos - los apocados y los muy moralizados - solo recurren a sus otros egos en la intimidad, en el pensamiento silencioso, en el ensueño despierto y , a veces, durante sus ensueños del dormir.
Algunos humanos equiparan la confesión de más de un ego a reconocer que se tiene un amante y - para no dejarlo fuera de la representación social - recurren a pseudónimos, heterónimos, personajes de sus escritos o incluso autoretratos - clara o sutilmente escondidos en sus obras -.

Yo – el firmante - soy al menos dos ego. Si resultase algún otro le concederé un nombre con sus emociones y le incluiré en mis escenas reales - cotidianas - sin necesidad de convertirlo en un personaje de novela o en un figurante de escena de mis representaciones, aunque ese reconocimiento suponga una pérdida de mi subjetividad.


Aulo Pila







NORMAL


LA COMPLEJA ADAPTACIÓN DE LA NORMALIDAD Y A LA NORMALIDAD



Lo normal es que lo anormal, con la adaptación de los receptores sensitivos, se considere normal. !Vaya complejidad esta de la normalidad
Lo normal, aquello que es general o mayoritario o bien ocurre siempre o habitualmente, no produce extrañeza. Y de esta manera lo que ocurre a la mayoría o es habitual puede ser normal al igual que lo general y lo que es siempre, si así aconteciera.
Hay pues aquí dos cuestiones a plantearse. Por una lado la relatividad de lo aparentemente absoluto en cuanto a completo, total e ilimitado. Lo absoluto es relativo en lo normal,  así siempre y general no lo son casi nunca o casi jamás. Por otro lado me interesa resaltar aquí como la adaptación otorga normalidad a lo que en principio no lo era

Nuestras percepciones sufren un fenómeno llamado adaptación de los receptores que consiste en dejar de responder al estimulo una vez que este ha dejado de ser significativo. Así, por ejemplo, cuando como humanos usamos calzado y ropa por primera vez nuestra piel se encarga de informar a otros niveles del suprasistema nervioso que existe algo extraño que nos oprime. Pasado un tiempo los receptores cutáneos se acostumbran a ese estímulo y ya no transmiten información alertante, salvo que la demandemos racionalmente o adquiera unas características diferentes (muestra de esto es que nuestros zapatos pueden avisarnos de su presencia cuando, a lo largo del estar de pie en un aciago día, los estímulos iniciales de presión se conviertan en estímulos nociceptivos). 

El argumento de la adaptación sirve para explicar, como decía al inicio, que lo normal es que lo anormal se considere normal llegado un determinado momento, cuando no desde un principio. Entre que lo normal no se puede esgrimir como algo absoluto y lo anormal puede ser cosa de mayorías, resulta que el resultado final de nuestras pesquisas perceptivas pueda dar como resultados tanto que lo normal no sea percibido como tal o resulte indiferente, y que lo anormal resulte suficientemente mayoritario como para obtener categoría de normalidad. Y es que el cerebro tiene grandes dificultades para interpretar conceptos de categorías no claramente definidas por unas lenguas que tienen sus limitaciones precisamente en el limitado discernir conceptual del mismo.

Por ello, en lo que al suprasistema nervioso de los homo se refiere, es preferible hablar de neurotípico o neurocaracterísticos cuando queremos englobar lo que nos diferencia de otros sistemas neurológicos. Estas neurocaracterísticas incluyen una neurodiversidad derivada de las neurodivergencias bioevolutivas que no tiene porque ser considerada anormal ni desde el punto de vista estructurofuncional de lo humano ni desde el punto de vista conceptual que se deriva de una percepción adaptada.



Aulo Pila





NEUROCIENCIAS Y NEUROFILOSOFÍA

PROBABILIDADES Y ESPECULACIONES

Las neurociencias (que no es singular) no deben considerarse como una disciplina (neurociencia), sino como un conjunto de ciencias y disciplinas científicas cuyo propósito de investigación es la actividad del suprasistema nervioso y la ocasional individualidad de la acción humana. Son ejemplos, de este conjunto que lo estudia, la biología, la anatomía, la patología, la física, la fisiología, la informática, la farmacología, la genética, la endocrinología, la inmunología etc. Todas estas materias son necesarias para comprender las funciones nerviosas - especialmente aquellas que nos parecen más complejas (el pensamiento, la emoción y el comportamiento) -. Desde cada uno de estos enfoques se hacen neurociencias.

En la llamada década del cerebro que habría de regir desde el año 1990 hasta el 2000, un gran esfuerzo económico se dedicó a numerosos proyectos en el campo del estudio del suprasistema nervioso humano - normal y patológico o clínico -, es decir en el campo de la neurología y de la neuropatología o neuroclínica . Muchos de estos proyectos han aportado avances sustanciales en el conocimiento de la estructura y funciones de éste suprasistema.

Es cierto que gracias al gran impulso que a la investigación se le ha dado se cuenta con unas tecnologías que van haciendo que el cerebro (mejor, el suprasistema neural) pierda su intimidad en parte. Hasta hace poco lo neurohumano se resistía con firmeza ante todo intento que la ciencia hiciera para revelar sus secretos. Sin embargo, las contemporáneas técnicas de imagen están dejando ver un mundo interior y con ello la posibilidad de examinar - aún de manera muy limitada - los mecanismos más complejos de los pensamientos, los recuerdos, los sentimientos y las percepciones. Esta pérdida parcial de lo reservado ha mostrado, por de pronto, la existencia de unas estructuras orgánicas (físicas, materiales) donde antes no se esperaba la existencia de organicidad alguna o cuando se justificaba la conducta como debida a variaciones funcionales - sin una traducción y correlación estructural - que engrosaban los más variopintas interpretaciones a través de conceptos espirituales, mentales o psicológicos.

Finalmente, quiero decir aquí que la década del cerebro, así como los tiempos que le han seguido y precedido, no ha podido aún desbancar cumplidamente a la filosofía (mejor neurofilosofía) de su papel en las explicaciones del comportamiento humano durante más de 3000 años de pensamiento occidental. Y que mientras la ciencia aclara habrá que recurrir a ella para hacer especulaciones precientíficas neurofilosóficas.



Aulo Pila



PRESENTACIÓN

Como ser vivo animal humano percibí la neurología ya antes de nacer y, sin embargo, creí hasta hace poco tiempo que me la habían presentado cuando inicié como médico mi especialización académica en las enfermedades del sistema nervioso. A eso se le suele llamar neurología en lugar de neuropatología o neuroclínica.

A la neurología llega el ser vivo animal humano - de la misma manera que lo hacen otros seres vivos - ya antes de nacer. No en vano cada instrucción genética le presenta al conjunto de los genes que la conforman aquello que va a ser y también aquello que puede llegar a ser: un organismo vivo animal neurológico y, en el caso del ser humano, un organismo vivo animal neurológico y neurofilosófico. Un ser vivo animal humano que no es mas ni menos que una máquina de supervivencia cuyo manual de instrucciones tiene en su existencia primigenia solo una base nucleótida en torno a la que posteriormente se va añadiendo una estructura neurológica. Un ser vivo, un homo en este caso, que para acometer temas que aun no puede neurologizar completamente en su conocimiento recurrirá a la especulación neurofilosófica en busca de unos elementos con los que poder discurrir.

Pues bien, yo soy un neurólogo que llegó a la neurología, principal e inicialmente, a través de la técnica de la medicina. Pero la neurología humana es un orden que abarca el estudio del suprasistema nervioso normal (neurotípico) y del patológico (al que mejor nominar neurodiverso y neurodivergente), y a él, a ese orden neurológico, se puede llegar por una sola vía: a través de la biología y la física. Así, si bien los biólogos y los médicos estamos conceptual y técnicamente más cercanos a ella, se puede llegar a la misma, e inmiscuirse en sus entrañas, desde otros puntos de partida epistemológicos. Ahora bien, se parta del punto de partida del que se parta hay un obligado recorrido por el universo de la biofísica y hay que tener los adecuados conocimientos de la anatomía, de la fisiología y de la neuropatología o neuroclínica que atañen a este complejo suprasistema cuyas fronteras van desde lo mas recóndito de nuestro organismo a las propiedades emisivas del mas variado elemento medioambiental.

Como humano conceptuado en el método científico soy monista, fisicalista y eliminativista. No necesito hoy el uso de una terminología mítica psicológica - mental - espiritual. El suprasistema nervioso tiene unos procesos de los cuales algunos podemos explicar hoy; otros, espero, tendrán un esclarecimiento mañana. Y mientras tanto se obtienen las herramientas necesarias para las adecuadas aclaraciones hay que seguir trabajando la física y no justificar el mundo - y nuestra conducta - mediante los deseos y las creencias.

Yo soy un ser neurológico sin mas pretensión que la de serlo. Soy filósofo porque amo el meditar las cuestiones que van surgiendo en mi existencia mediante razonamientos, porque amo el saber con su conocimiento ; pero soy neurofilósofo porque humana, científica y técnicamente soy neurólogo (neuropatólogo o neuroclínico) y aplico a esos razonamientos los matices que de esas tres experiencias voy poseyendo.

Aulo Pila