7/1/17

QUERER NO ES PODER




CONOCIMIENTO CIENTÍFICO DESEADO VERSUS PROBABLE
De como la glía quiere ser neurona

En el conocimiento y en la sabiduría, querer no es poder. Poder es demostrar mientras que querer es desear. En el complejo mundo del suprasistema nervioso humano todos quieren poder, pero muchos solo pueden desear (querer).

Del conocimiento científico no todo lo deseable es posible. Aquí, en la ciencia, lo posible ha de pasar por un obligado cumplimiento: ser probable —y reprobable—. Hay una ciencia que existe —la hayamos o no descubierto— y otra que es designada pero nunca llega a existir. A esto último pertenece lo que es frecuentemente deseado y nunca probado.

Las psicologías —y las psiquiatrías— tienen mucho de pseudociencia, ya que en el estudio de la conducta (y aun más en los tratamientos de sus diversidades) y en la explicación de la supuesta mente frecuentemente se ha argumentado con la charlatanería, la fantasía, las definiciones vagas, los conceptos oscuros, las concepciones cuasi religiosas y las teorías e hipótesis no comprobables (ni falsables).  

La psicología fue una parte de la filosofía y la psiquiatría lo fue de la medicina  precientífica —igualmente especulativas como hipótesis de trabajo transitorias— que al hacerse científicas pasaron a  llamarse neurología.
Quien, estando en posesión de un título que acredita algunas de estas dos antiguas disciplinas, sabe de neurología y/o neuropatología: es neurólogo y/o neuropatólogo (neuroclínico); si no sabe de ellas solo es lo que dice el credencial.


Aulo Pila




4/1/17

INADAPTADO



LA CARICATURA DE LA VEJEZ


Si eres un inadaptado —si has sido y eres incompatible—, no te empeñes en querer llegar a viejo, ya que la ancianidad caricaturizará tu conducta (y en ella incluida está tu incongruencia).

Si a viejo llegas se presentan tres posibilidades en tu existencia:
  1. La de vivir bajo un manto familiar entre conocedores de tus incoherencias, tolerantes con ellas aunque sea a cambio del respeto y de algunas cesiones de tu parte.
  2. La de vivir solo, desasistido, con tus contradicciones.
  3. La de vivir en una residencia para ancianos en la que podrás comprobar que aquello por lo que durante toda tu existencia te hizo esquivo permanece aun y te impide congeniar con el resto.
Si eres un inadaptado: pídele al azar un final rápido y no pretendas la longevidad.


Aulo Pila