27/1/23

HERÁCLITO Y EL DNI

 

LA DEBILIDAD DE ALGUNA CERTEZA VERSUS LA FORTALEZA BUROCRÁTICA

Heráclito estuvo a punto de rozar la certeza con su frase:” Todo cambia” (del gr. Πάντα ῥεῖ, todo fluye) un concepto que Platón le asignó y que esboza la suposición de que todo está inacabablemente en mutación.  

Pero siempre existe posibilidad de que con el devenir se haya de rectificar algún paradigma presuntamente cierto. Así, sobre el ADN (ácido desoxirribonucleico) se ha constatado que no permanece igual durante toda la vida, como se creyó por más de ciento cincuenta años hasta la conclusión de algunos estudios genómicos. Sin embargo, otro abreviado, el DNI (documento nacional de identidad), ha venido a ocupar la que fuera indolente perpetuidad del ADN.

En efecto el DNI, en España, es inamovible: no se puede cambiar su número bajo concepto alguno durante la vida del registrado con él, y tampoco se reasigna dicho guarismo con la muerte del mismo.

 

Aulo Pila



 

EL ESTÍMULO

 


EL ESTÍMULO SIGNIFICA AL SISTEMA NERVIOSO

Es ya el estímulo en sí parte del sistema nervioso

 

Nada, cosa algunaes o existe si no hay algo o alguien que la signifique. Y puedo ceñir más el ser exigiendo que algunas cosas sean solo si adquieren significación a la vez por algo y por alguien. Así, una cosa es la signifique o no el ser humano. Sirva de ejemplo el que exista un virus, una planta, una roca o un planeta, en cualquier remota galaxia, lo conozca o no el hombre. En este caso las cosas son, están y existen independientemente de que el sistema nervioso reciba los estímulos por ellas aferentados. Además, lo anterior se ve reforzado si las cosas existen y sus aferencias llegan al homo dando lugar a que se signifique por y para él. Es decir, si además de existir, se conoce su existencia.

Pero distinto es cuando hablamos de estar, ser o existir en relación al propio sistema nervioso. El sistema nervioso es, esta y existe solo cuando algo lo significa, y ese algo es el estímulo. Sin estimulo, el sistema nervioso, no es ,no existe. La vida, la vida animal, es sistema nervioso, y solo se desarrolla y significa cuando los estímulos, internos y externos, se aferentan dando lugar a un constante desarrollo (eferentado) y a un constante concienciarse en su existencia.



Aulo Pila


26/1/23

REENCARNARSE EN VIDA


LA SEGUNDA OPORTUNIDAD

 

La reencarnación es la creencia de que la esencia individual (el alma o el espíritu) de las personas empieza una nueva existencia alojada en un cuerpo o forma física distinto tras la muerte somática de una anterior vida. Se la conoce también como metempsicosis (μετεμψύχωσις, paso de las almas), transmigración y renacimiento.

Esta creencia fue asumida por órficos, pitagóricos, Platón y los neoplatónicos. Desarrollará Aristocles, a partir de esta confianza, la teoría de la reminiscencia (ἀνάμνησις, anamnesis) una teoría del conocimiento según la cual conocer es recordar. Según la metempsícosis el alma experimenta, durante un determinado de tiempo, una serie de reencarnaciones sucesivas, de unos cuerpos a otros, hasta que logra su liberación final.

El alma o espíritu, en sus viajes por los distintos somas, aprendería en sus distintas vidas unas lecciones derivadas del existir en unos universos paralelos (realidades independientes) que no tienen porque coincidir con los albergados por las teorías físicas cuánticas, hasta alcanzar un encumbramiento consciente, por las destrezas adquiridas, que le permitirán evolucionar como parte de un macroespíritu o espíritu cósmico.  Unos análogos objetivos, pero sin la creencia en un alma o espíritu, persiguen la metensomatosis (μετενσωματοσις, desplazamiento del cuerpo) y la palingenesia (παλιγγενεσία, πάλιν, nuevamente, otra vez y γένεσις, origen, nacimiento) o el eterno retorno.

Buscando la metempsicosis una oportunidad evolutiva del espíritu que ha consumido una o más vidas somáticas sin lograr la excelencia apuesta por una vida en otros cuerpos para finalmente alcanzar la liberación. Buscan las otras, análogas, una oportunidad nueva sin más. Unas son para expiar culpas previas (lejanas) a la somatización del alma y otras son para expiar culpas más cercanas intrasomáticas en ese eterno retorno.

Pero la nueva oportunidad tiene una cuarta dimensión en forma de tiempo, de mundo o universos o de libertad de conciencia. La cuarta dimensión temporal está medida como se hace con el tiempo. La correspondiente a otros mundos o universos (metaversos) no es más que la "decadence" (que aparece cuando a un sujeto, que vive en un mundo real, se le induce a vivir en otro mundo ideal, que nadie ha alcanzado, y que se promete reiteradamente. Nadie ha vuelto de ultratumba a contarnos.). Por último, está la libertad de conciencia, algo que se consigue “reencarnándose en vida”; desechando expiaciones de culpas y adquiriendo un nuevo estilo cognitivo con el cuerpo afiliado a la coherencia y a la excelencia: vivir entusiasmado por la dignidad de lo bello.


Aulo Pila