28/5/15

HUMANOS MEJORADOS



LOS ASPECTOS INDESEABLES DE LOS HOMBRES


El transhumanismo (H+) —un movimiento intelectocultural con el que tengo diferencias semánticas— considera el empleo de la tecnociencia para combatir los aspectos indeseables de los homo —de los humanoscomo el dolor en todas sus vertientes, el envejecimiento y la mortalidad. Este posicionamiento espera el devenir de los posthumanos (humanos que hubiesen asumido el control biológico de sus vidas).

Pudiera darse —y no es difícil imaginarlo— la probable posibilidad de que este anheloso movimiento tecnocientífico del transhumanismo se enquistara y redujera a particulares de elites potentadas con acceso a una tecnociencia de vanguardia; un transhumanismo de selección natural —propio de egocentrismos y neuronogénesis privadas — que no trascienda con una homogeneidad comunal —de la misma manera que no se han extendido muchos beneficios de la vida en sociedad ni los abundantes logros de la tecnociencia—. Y ésto último no es nuevo, ni raro, en la bioevolución del homo (como tampoco lo es en la bioevolución de otros seres vivos). Cosas estas de la animalidad y vegetabilidad

Habrá que buscar un consenso prosocial (no altruista) que, bajo una dirección estricta cienciotecnócrata, lo elabore sobre una base constitucional en la que se recojan determinadas escalas de valores y un tratamiento de los individuos prosociales a respetar. Para esto último habrá que incluir en el combate de los aspectos no deseados de los homo el del comportamiento no prosocial. Cosas estas de la racionalidad.

De lo contrario —si no existe un consenso y un baremo— el futuro de los humanos será el mas adecuado para aquellos que quieran y puedan económica y tecnocientíficamente —nuevos faraones construyendo actualizadas pirámides—. Un ¡ sálvese quien pueda ! y una victoria mas de la tiranía nucleica en la azarosa bioevolución.


Aulo Pila



27/5/15

INMORTALIDAD



LOS HUMANOS RECLAMAN UNA CUOTA EN LA CAUSALIDAD

Hubo un tiempo —perpetuado— en que el homo piensa que un animal con una razón como la suya no puede irse de la vida con la muerte ; y tal incomprensión le llevó a creer que algo superior le había elegido —de entre la vida— para ser eterno; una eternidad post mortem supeditada a la dictadura y al cumplimiento de unas normas —reglas ideadas por ese supremo

Y ese homo, tras un tiempo tan físico como el anterior, se cansó de aguardar a que la esperanza y la fe en esa vida perenne —en esa inmortalidad post mortem—fuese avalada por algún testimonio de ultratumba o una certificación científica de este lado de la sepultura; pero no vino testimonio alguno del otro lado, aunque si lo hubo de éste; y ,en esta vera, la ciencia dijo que nadie vivía después de muerto —que era imposible y que representaba la muerte de una dádiva con la que la naturaleza había agraciado a la existencia—. Un meritado desenlace a un desgaste que a esos homo volvía cansados, viejos y decrépitos; un fin que era necesario por y para una biología exigente en cuyas leyes no se participaba.

Pero la ciencia —la tecnociencia— también dio otros testimonios. Manifestó que se puede luchar contra la propia naturaleza en una pugna que requiere de técnica y de ciencia —de tecnociencia; un enfrentamiento en el que los humanos podrían rivalizar a una biología tiránica; un enfrentamiento por el que lograrían ser inmortales después de muertos —manteniendo el ser vivo neuronal cognitivo o sus productos en el devenir— o alcanzar la inmortalidad por no morir

Habrá que tutear a esta naturaleza opresora y amonestarla; el homo —un engendro suyo— quiere ser parte de su causalidad.


Aulo Pila






EXTINCIÓN CONCRETABLE

EXTINCIÓN BIOEVOLUTIVA, EXTINCIÓN GEOCÓSMICA Y HOMO EXTINTOR


La extinción —como como desaparición gradual— es intrínseca a la vida. La existencia conlleva un final en algún momento; y esa extinción es obediente a dos causas fundamentales: los fenómenos bioevolutivos y los fenómenos geocósmicos con repercusión biológica.

Es el cese bioevolutivo un devenir normal derivado de los cambios que una especie sufre en su interacción con el medio. Pero, además, se debe contar con la posible extinción — masiva o no— que pueda obedecer a unas causas incontrolables —a diferencia de la bioevolutiva— entre las que se encuentran las causas intrínsecas y extrínsecas a la biosfera. Son algunas de ellas: la erupción de supervolcanes, las fluctuaciones en el campo magnético terrestre, las glaciaciones globales, los impactos de los asteroides y las explosiones de las supernovas. Una y otra son extinciones casi precisas desde un punto de vista determinista.

Por otro lado, hay que contar con un elemento causal importante: el factor humano —el homo sapiens sapiens extintor— de cuya controlabilidad aun se pueden albergar esperanzas. El homo extintor podrá ser causal en las masivas y universales y lo es ya en las masivas y particulares. El homo extintor podrá ser causa de su propia extinción. 

La única posibilidad de cobijar optimismo —de poder hacer uso de esa probable gobernabilidad— es que los humanos, algún día (y antes que llegue una situación catastrófica irreversible), tomen el poder de la biosfera.

Aulo Pila

25/5/15

PROSOCIALES E INCUMPLIDORES

PROSOCIALES Y NO PROSOCIALES


Sociales, sociables, son casi todos los homo - los seres humanos -. Sin embargo, no todos consuman lo que la sociedad establece de obligado cumplimiento - por necesario -: se pueden considerar, éticamente, los prosociales (o cumplidores) y los incumplidores (o no prosociales). Y no empleo aquí el vocablo antisocial ya que su utilización se ha extendido en exceso, aunque es cierto que, entre los no prosociales, los hay antisociales - además -.

Son los prosociales esos miembros del colectivo que tienden a conducirse dentro de una necesaria obligación - a comportarse -, e incluso, algunos de ellos, rebasando ese deber inexcusable, se significan por actividades altruistas y/o filantrópicas.
Están, por otro lado, los incumplidores que se impulsan unas veces desde la vereda de lo no prosocial per se y otras por atajos o desvíos de lo prosocial que eluden el compromiso. Son estas desviaciones las que deben ser comunitariamente puntuadas en negativo punctum temporis y restadas de un haber, supuesto y concedido al nacer, existiendo un nivel para un cierre contable. Los puntos positivos, que también deben existir, serán otorgados por las acciones adecuadas dentro de la norma y por aquellas con algún valor superior previamente establecido por unas escalas científicamente estudiadas. Pero, el mayor problema surge cuando la conducta prosocial no es epigenéticamente viable. 

Ocurre además que, entre los prosociales y los incumplidores, existe una injusta proporción numéricaLos que cumplen - los Unos - son el grueso de la población que ocupa - para la didáctica de este tema - un centro de la misma acotado por dos bandas de insurrectos en los niveles superior e inferior. Los del nivel inferior, que justifican sus insubordinaciones gravitando sobre una menor formación sociocultural y un menor poder adquisitivo - parámetros estos de exculpación argumentados en todos los tiempos -; y los de la banda superior, que lo hacen basándose en lo contrario: se consideran los mejores, los más cultos y preparados, los elegidos y aquellos cuyo mayor poder de consecución es fruto de sus esfuerzos y adiestramiento. Estos, de las bandas, son los Otros. Y ambos creen que la sociedad les debe algo: bien por defecto, bien por exceso.

Entre los situados artificiosamente en el centro, entre los de la zona prosocial, también existen casos, aunque menos frecuentes, de subversión. También ellos creen que la sociedad les debe algo por su mayor constancia en el cumplir y por no luchar, ella, lo suficiente contra el fraude de los otros.

Sobre esta base expuesta de lo prosociallos humanos deben establecer un control riguroso del cumplimiento. Una mejor educación, un mejor y más justo reajuste de los considerandos de la no prosociabilidad - formación y remuneración - junto con el examen puntuable de las conductas , conducirán -poco a poco, pero sin treguas - a un colectivo cada vez mayor de cumplidores prosociales que podrá participar - dejando a un lado a los no aptos - en la bioevolución de los elementos constitutivos de una humanidad para la excelencia.


Aulo Pila














LIBERTAD


LA LIBERTAD CONDICIONADA

Libre, no estar sujeto a algo o a alguien, ese libre no existe. No puede encontrarse. Todo en el cosmos esta unido a algo o a alguien y en esa unión hay dependencia uni o bidireccional.

El homo sapiens, auto-predestinado rey de la vida - fatalmente o por designio -, poderoso, razonable y culturizable; ese homo, no puede ser libre en ese sentido. Es una libertad quiméricade diccionariode cuento chino. Esa libertad no es biológicamente posible hoy. Tal vez mañana - si controla su biología - pueda ser - libre ,siempre que ese dominio le permita hacer retoques estructurales biológicos con materiales intrínsecos y extrínsecos.

Mientras tanto, la libertad es solo condicionada. Solo seremos libres en una cuantitativa y cualitativa relatividad. No existe lo absoluto, tampoco en la acción ni en la reacción. No somos libres; ni siquiera tenemos el tan cacareado libre albedríoUna quimera mas.

Los mitos, los deseos y las creencias no pueden cumplirse por una biología imposible. Habrá que reestructurar el lenguaje para dejar de usar vocablos de diccionarios que responden a anhelos suspirantes. Hay que hacer uso de un lenguaje mas científico, lleno de probabilidades y no de certezas. Habrá que hacer uso también de nuestra ciencia, de nuestra tecnociencia, para modificar lo biológicamente imposible y controlar los nucleótidos y sus productos, incorporando o disgregando en ese registro - si se quiere y puede- vocablos míticos de deseos crédulos.
    
Es la libertad un sueño que tendrá mucho que decir en la dilatada humanización de este animal homo, racional pero muy limitado por la propia naturaleza.

Aulo Pila





NEUROCONTROL. REFLEXIÓN I.




ATARAXIA

Una representante histórica del neurocontrol


Es la ataraxia (del griego ἀταραξία, ausencia de turbación) la imperturbabilidad de la conducta - mediante la protección del ser por medio de la sabiduría - ante aquellos estímulos que puedan ser emocionalmente negativos. Y yo considero esta impasibilidad como un singular rango del neurocontrol.

Es pues, una disposición - que ya propusieron epicúreos, estoicos, escépticos, budistas y otros - con la que, aumentando el control sobre los deseos y fortaleciéndose ante la fatalidad , se podría alcanzar un equilibrio sobre el que perpetuar en un proceso de confort existencial.
Así, los epicúreos distinguieron dos clases de deseos: los necesarios y los innecesarios; pero , aunque la complacencia de los segundos produciría el placer y con él se entraría en el camino del proceso de felicidad, algunos deleites - por vanos - debían evitarse para no alejarse de la ataraxia.
Para los estoicos, se llega a la ataraxia haciendo uso de una libertad razonada y virtuosa que ayuda a discriminar aquellas cosas de las que no se dependen.
En cuanto a los escépticos - practicantes de la duda metódica, defensores de una subjetividad constante y entusiastas de la suspensión del juicio - recomiendan para llegar a la ataraxia el no entrar en conflicto con nadie o nada.
Finalmente, los budistas - convencidos de que la causa fundamental del discomfort  (malestar) es la desazón que conlleva el deseo - proponen el nirvana como la herramienta que puede conducir a la ataraxia.

Y a la zaga de esta alcurnia expositiva, yo ratifico en este escrito el convencimiento de que no hay más cera que la que arde. Y por ello, participo también, cuantificando lo probable, de la argumentación de que se debe desarrollar el neurocontrol, que sin duda será una receta con ingredientes de todos estos guisos existenciales expuestos, pero, con un poco de ciencia y con conciencia. 


Aulo Pila




  

MEMORIA I





LA MEMORIA NEURONAL COMO FRENO AL PROGRESO INTELECTUAL

De la necesidad de recurrir desde ya a la memoria artificial biónica

La memoria es un proceso del suprasistema neural que nos permite compilar y almacenar la información aprehendida y aprendida.
Gracias a la memoria neuronal se ha podido desarrollar un preeminente suprasistema nervioso en un marco evolutivo creciente que algunos humamos desean conducir - vía de la excelencia - hasta la sabiduría y la perdurabilidad.

El problema de los humamos con la memoria de su supersistema neuronal es su finitud. Así, si bien esta memoria hasta hace unas décadas ha sido suficiente para que los seres vivos animales humanos se hayan mantenido informados en un mundo con unas impresiones -y sus recuerdos - numerosas pero asumibles, en unas décadas mas - debido a la progresión de los estímulos perceptibles- será insuficiente para hacer frente tanto a ese progresivo crecimiento como a una perspectiva de evolución intelectual esperable. 

Mientras se soluciona este problema habrá que recurrir a la memoria artificial de unidades extra corpóreas. Después, mediante la robótica y la biónica podrán ser los humanos unos individuos que no estarán sujetos a la limitación mnésica, si le son implantadas (anexionadas a su red neuronal unas unidades internas y/o externas de cognición mnémica) y dedican la mayor parte del tiempo a otras necesidades mas productivas en el quehacer de su mundo panneurológico: A saber, en vez de a conocer.

En el mismo orden de cosas, la memoria podrá ser extendida o, mejor, podrá tener un hiperdesarrollo cuando su biología se descubra al completo y se modifiquen sus materias primigenias.

Aulo Pila







COMIDA

LA COMIDA QUE SE COME

Comida -la comida- son las cosas que se comen. Y comer, en este caso, es alimentarse (suministrarnos a nosotros mismos - los seres vivos - los materiales y la energía para funcionar como suprasistema y como maquina de supervivencia).
Comer, pues, es algo básico y que parece un operar fácil. Pero no es sencillo. Comer - como todo lo que lo acompaña el recorrido bioevolutivo - no es algo baladí y simple. Es algo importante y complejo.

Observamos que los organismos vivos comen aquello que el medio les ofrece y que en una larga interacción medioambiental ha mostrado tolerancia y algún beneficio. Y estos seres, igual que evolucionan en sus estructuras también lo hacen en el requerimiento, en el acceso y en el tipo de elementos que - ofertados por la naturaleza - se derivan y mantienen esas estructuras. Y esto ultimo - disponer de una variada posibilidad de muy diversos elementos alimentarios y alimenticios - lo consigue el homo mediante un tratamiento muy cultivado de la natura en su amplio significado (el de cultivar).
Este cultivo humano de la naturaleza, que en su ultima parte es científico - tecnocientífico - , hace su avío, durante millones de años y persiste en la actualidad, mediante un conocimiento empírico imbricado con una intuición - que también es mítica y confusa, aposta y casual - de unos supuestos saberes que no lo son y que generacionalmente se transmiten.

Hemos sido carnívoros - y a ello se le achaca nuestro desarrollo cerebral - ; hemos sido vegetarianos y hemos sido - y somos - del tipo de alimentación que nos podemos suministrar
Nuestro organismo humano está preparado - evolutivamente preparado - para comer una cosa, la otra o ambas. Nuestro suprasistema neural le irá dando el perfil mas adecuado a esa alimentación.


Aulo Pila








24/5/15

PROCREACIÓN

LA TIRANA PROCREACIÓN DE LOS SERES VIVOS HUMANOS 


Procrear es una necesidad por imposición biológica que el homo debe cuestionarse desde su atalaya evolutiva intelectual. Los seres vivos animales llevamos un mandato genético - que fomentado en su evolutivo operar existencial- nos conduce a mantener una descendencia como defensa de la vida - de una vida cósmica ecosistematizada - que se muestra, en ficción, como nuestro mayor valor. 

Los seres humanos no somos ajenos a ese mandato. Nos comportamos, igual que el resto del mundo animal, como unos subordinados teleológicos que deben obedecer un ordenamiento nucleico a causa de nuestra animalidad y, a veces, de nuestra animalización. Sin embargo, podemos ser, a diferencia del resto del mundo animal, unos rebeldes teleológicos que desobedezcan esa orden mediante la racionalidad. 

Cierto es que la naturaleza juega con nosotros, mediante la sexualidad, a ese devenir casi determinado de perpetuarnos mediante la procreación, pero nosotros,  mediante la razón y la tecnociencia de ella derivada, debemos actuar en contestación a este tirano nucleótido.

Así, rebelándonos teleológicamente, podemos colocar la primera piedra en la construcción de nuestro autoexistir. Y en un paso mas, pero muy medido, hemos de controlar nuestro numero poblacional ya que su desatención nos lleva al desajuste del ecosistema que compartimos y, en la falta de esa autodisciplina, somos nosotros mismos la pieza mas tendente a la desestabilización de su estructura.

Aulo Pila



VIDA HUMANA. REFLEXIÓN I.



EL SENTIDO DE LA VIDA

Algunos humanos hemos estado desorientados buscando y otros ni siquiera han llegado a inquirir
Plantearse la pregunta sobre ¿Qué sentido tiene la vida? ¿Qué objetivo encierra nuestra existencia?, requiere muchas veces un continuo indagar y - tras el escudriñar  - encontrar algo afín, próximo o lejano al inicio de la pesquisa. Mas, en numerosas ocasiones, es una cuestión que muchos individuos ni se plantean y, sin embargo, le dan respuesta - sin proponérselo - en el propio operar del vivir.

Aquellos que no se plantean la cuestión gozan, por un lado, de una gran suerte: la de no calentarse la cabeza; pero también tienen, por otro, una gran desgracia: la de no entusiasmarse con todos sus sentidos y emociones en racionalizar su existencia.

Pues bien, yo - al plantearme este interrogante - aprovecho la fortuna de racionalizarlo todo, considerando, a la vez, una desgracia el zanjar semejante tema con las herramientas proporcionadas por el mito, las creencias, los deseos o la ignorancia, en parte consentida.

Estoy con aquellos que se encuentran en el compromiso de esa investigación, la del sentido de sus vidas, y asumo mi adición al colectivo que tiene ese proyecto vital. 
Yo, como muchos de ellos, he encontrado el sentido de la vida en mí mismo. Considero que el ser vivo animal - homo o no - tiene su propio sentido vital en su misma existencia; y que en el caso del homo hay que perfilar durante la existencia la obligación de ser quien se es o llegar a ser quien se puede ser, como con otras palabras dijera Píndaro.
Que, durante sus vidas, unos llegaran a ser solo humanos pasivos mientras que otros tendrán sus objetivos - per se - orientados activamente a una constante evolución del tándem transhumano/posthumano.

Ser usuario de ese tándem, ser quien eres y puedes llegar a ser ,es tomar el camino de la excelencia humana: el sentido de la vida de muchos. Ser humano, sin mas, es el sentido vital de otros muchos - los que más -.


Aulo Pila



























CREER Y METACREER



 MITO Y CREENCIA VERSUS RAZÓN Y METACREENCIA


Creer es, a veces, necesario. Pero, según sepamos, creer puede ser intragable. Así que, cuando ocurre esto ultimo - cuando el bocado es mayor que las fauces - es mejor metacreer, a lo sumo. Y es metacreer una forma de mantener nuestro menester pero con un ingenio ad hoc.

Nuestro estar en el mundo plantea cuestiones que a veces algunos solo podemos justificarlas creyendo - en algo -. Es creer el convencimiento mítico - no razonable - de que ese algo responde a nuestra necesidad de conocimiento o de explicación. Sin embargo, si nos es imposible creer siempre podremos metacreer o lo que es lo mismo: adoptar - temporalmente - una estructura extraordinaria de pensamientos que nos facilite la tensión necesaria para poder ejercer un rito como protocolo o norma.

La diferencia entre creer y metacreer es importante. La certeza, la certidumbre, el conocimiento seguro y evidente de que algo es cierto, forma parte de aquello que los humanos buscamos para poder sentirnos más seguros. Y la ciencia aparece en nuestras humanas vidas para asegurarnos certezas, pero solo llega a conseguir cuantificaciones de lo probableAsí pues, la certeza no la tenemos nunca y los pasos que damos en su búsqueda nos endurecen la existencia con aparentes realidades que nos incomodan y dan insatisfacción.

Por lo anterior, no creer - sino metacreer - nos ayuda a conformar un mundo que podemos dominar a voluntadCreer también ayuda a vivir pero la voluntad dominadora es del Otro.


Aulo Pila