20/12/16

ETHOS




SOBRE LA NORMALIDAD DE CUALQUIER CONDUCTA

El ser humano nace y se hace. Es genético y cultural, epigenético. Tiene un desarrollo genético-cultural dentro de un abanico pseudo opcional que va desde lo muy bueno (muy adecuado) a lo muy malo (muy inadecuado) —pudiendo ser ángel, demonio o algún intermedio—. Hacedor del bien o del mal —de acciones buenas o malas— ante los juicios propios y los ajenos —que no tienen porque ser coincidentes.

Por ello, yo exculpo al ser humano de sus acciones —de las buenas y de las malas— desde el punto de vista biológico —genético—. Y habrá que buscar una exculpación cultural —epigenética—, que seguro la hay y es diversa. Cabe sobre esta última defensa una larga lista de motivos dispensantes que se inicia con el hecho de que la epigenética cultural está condicionada en parte por la genética biológica y en parte por el ambiente plurifactorial en que se desarrolla.

Cierto es que hay que defenderse como humano y humanitariamente de las acciones que puedan ser bien o mal ejecutadas por los unos y que nos repercuten individual y colectivamente a los otros, pero hay que hacerlo bajo el manto científico de la biología y bajo el manto social de la cultura modificando los actuales métodos de custodias basados en pautas morales.

Redefinir la normalidad de cualquier conducta es obligación de animales racionales, de humanos. Y ,redefinida ésta, hay que seguir racionalizando el defenderse del otro, no con la represión (al alcance de todos) sino con la razón científica (al alcance de muchos) que necesita de un esfuerzo para su control al igual que nos esforzamos en no ser primariamente represivos.



Aulo Pila


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